Algunas personas (como yo) hemos oido y algunas veces también lo decimos, frases como: "La fe mueve montañas", "La ilusión es poder", "Hace más el que quiere que el que puede" y así podia escribir montones de ellas, pero, son cosas que se dicen, que las dices, pero que al final no son más que buenas intenciones y ahí se quedan..
Este fin de semana, como otros muchos en el año estuve en UÑA DE QUINTANA, (lo pongo en mayúsculas para hacer un poquito de publicidad) y se celebró un campeonato de tute, y yo como casi todos sabeis las cartas no es lo mio. Soy mal jugador, no me producen ningún interés, etc, etc. pero uno algunas veces juega, unas veces por completar una partida, otras porque tambien hay que pasar el tiempo en algo y por estos motivos me apuntaron para jugar el campeonato, hasta aqui lo mas normal.
Cuando ya nos disponiamos a jugar la primera partida mi pensamiento era: "a ver si pasamos de ronda", más que nada porque el compañero que tanto empeño puso para que jugara no se sintiera desilusionado. Jugamos la partida y pasamos de ronda.
Para cualquier otra persona nada anormal y para mí tampoco, pero jugamos la siguiente y a media partida empieza uno a ver la posiblidad de pasar de ronda y aqui empieza el lio. Ya ves más cerca que puedes quedar muy bien, que algún trofeo esta al alcance de la mano, y asoman los nervios, pasamos de ronda y a medida que avanzaba la partida a uno se le secaba la boca, los nervios cada vez se notaban más... y uno trataba de disimularlos como podia.
Llegamos a semifinales, la partida comenzo mal (para nosotros) y aqui empieza uno a decirse: "si llegue hasta aqui ¿por qué no voy a ganar ahora?" "yo soy tan bueno como ellos o mejor" y no sé si fue el cambio en la forma de pensar, la suerte o que se yo...pero empezamos a ganar de nuevo.
Todos comentaban que lo nuestro era la suerte del que no sabe.
Cuando nos sentamos a jugar la final en aquel momento yo creo que tenía los nervios a tope, la adrenalina por las nubes y la ilusión a tope... por compararlo con algo o con alguien, seria como jugar la copa del mundo (salvando las distancias) en ese momento podia entender como se sentiría Iniesta en Sudáfrica, o Lorenzo en la ultima carrera, o Nadal en Paris, etc, etc, la partida iba igualada hasta la mitad, ahí en un arranque de fé y coraje nos pusimos a falta de un juego, los nervios y todo eso para que contar, a tope! pero hasta ahi llegamos. Los contrarios curtidos en mil batallas nos ganaron, en aquel momento (haciendo un simil) me sentia igual que si te hubieran metido un gol de penalty injusto en el tiempo de descuento. Por este tipo de cosas se dice:el partido no acaba hasta que pita el arbitro el final.
Pasadas unas horas estaba contento con lo conseguido, pero,siempre queda el pero...
De aquí se saca una buena lección, que cuando se juega con ganas, ilusión y fé todo va bien, pero cuando entra en juego el egoismo los resultados son otros.