Parece que se va calmando la tormenta sobre la ley anti-tabaco y es que nunca llovió que no parara.Yo que fui fumador, no estoy de acuerdo con la prohibición, porque en un país democrático no puede haber prohibiciones, el estado y el gobierno tiene otros medios para que la gente deje de fumar.
No estoy de acuerdo con los fumadores porque en los sitios donde sea local cerrado tiene que prevalecer el no fumar, no hay derecho a que los camareros, niños y personas que no fumen estropeen su salud por la intransigencia de algunos, y tampoco me sirve eso de que "con mi salud hago lo que quiero" porque cuando te pongas enfermo o te de un infarto tenemos que pagarlo todos los paganinis de la Seguridad Social y entonces el problema es de todos.
No estoy de acuerdo con los hosteleros. Salvo raras excepciones, pocos locales tienen una buena captación de humos, no invierten un duro en ese tema, pocos se libran. Ahora dicen que no van a ser los policías de la ley, pero cuando les da la gana dicen que en su local "se reserva el derecho de admisión", pues eso aplíquenlo, y señores hosteleros, nos gusten o no, las leyes están para cumplirlas y si no te gustan lucha por cambiarlas. La conclusión es que cada uno anda a lo suyo y la salud de los demás nos importa un pito.
Y ahora viene la segunda parte, los fabricantes de estufas, mantas, mesas de terrazas, etc. etc. encantados, y los ayuntamientos a cobrar por las terrazas, como dice el humorista José Mota "las gallinas que entran por las que salen".
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